En el milisegundo antes de abrir los ojos a la mañana mueren los sueños pareciendo que no van a ningún lugar que se evaporan ante el brillo de las partículas y quedan restos residuales en la memoria que va olvidando y recordando al cuerpo recortado por el sol que el dolor prevalecerá en la tristeza del morir a pleno día con sufrimiento atroz y no en el gusto de dormir y quedarse en las profundidades de tu propio abismo y seguir la pequeña luz que enciende el espíritu para encontrar el puente que cruza los abismos más éste va desmoronándose lentamente en la erosión paulatina y muy pocos cruzan y no es una visión: los hombres mueren y no quedará piedra sobre piedra.
(The Last Levi)