En los núcleos rotatorios que envuelven las auras no se desprenden esquirlas de luz que brillan en porciones que se adentran en la Atmósfera añadiendo colores sino que la opacidad de los cuerpos solo destella cuando el sol de frente golpea a las caras que inconscientes avanzan en el Abajo en la tierra sin tener resuelto lo eterno afanados en acaparar la comodidad que la vida les brinda más yo no les culpo por eso ante las desidias intelectuales cambiadas por las físicas y mortales. Los pilares del conocimiento se derrumban lentamente a velocidad crucera en las avenidas despobladas de baldosas que encaminen las columnas de los excesos a los púlpitos de lo excelso y colocarlos en un altar sentados en un trono toda la humanidad para que diga: «Hasta aquí hemos llegado».
(Istari)