Un pensamiento odioso como un Gremling recorre la partitura salvaje entre las paredes desconchadas de mi cráneo buscando escapar más el grito acorta sus esperanzas recortada por un monstruo que siente y ama entre las corcheas de ceniza decadencia y fuego y basura y destellos que mi corazón deja como dementes partituras de un amor que se sostiene con frágiles ramas: fui un niño feliz.
(Gabriel)