Sombras renacen en los cartílagos en las raíces que conectan el todo y la nada el éxtasis y el tormento y asoman por los ojos quebrándose algunos que no pueden resistir el peso de las tristezas y penas manantial de lágrimas ocasos perdidos entre amaneceres de guadañas y dolor en profundos silencios que ahogan gritos estridentes que se despeñan al acantilado desde escabrosas cornisas en las desesperaciones que no olvidan un sufrimiento atroz… y la muerte trepa por la rabadilla recorriendo genitales y espalda hasta el hipotálamo mientras lo demás suspira de alivio: los árboles las aves las montañas… todo en ellos (los ojos) pide auxilio: callando la agonía a voces, no pudiendo evitar no existir, porque son.
Apolonio