La noche clama el abatimiento de mi alma aterrorizada por el vacío devorador. Enamorado de las silentes oscilantes del viento encuentro frases y palabras que se tuercen encadenadas a mis vicios turbia la mente preclara la visión cuando amanece el anaranjado color del sol y las tormentas que sacuden las remotas estancias de mi espíritu en los huecos que quedan en la frente… y la inmaculada voz de la mañana sesga mi dolor que renace de cero con unos ojos nuevos el plano secuencia donde germina el fuego y la ceniza de los días se acumula siguiendo el tres del tercer… …Ni expectaciones ni esperanzas todo debe arder y devolver los restos a la llama primigenia y volver a pisar los cines mudos con la óptica del color que se desvanece parcialmente cuando veo morir al celuloide para nada.
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