La luz preñada de incertidumbre titila en la nítida invisibilidad aérea en átomos y centellas que suman a la Fe Esperanza con Futuro en la nieblas del devenir ante un día cualquiera que un Elegido tirará de la cuerda para que lo que no se ve se vea en la radiante claridad del brillo que destella el sol sobre las cornisas del hombre que se ciega y cree que su pupila abarca toda la creación hecha. Enrejado en un rincón helado con mi caligrafía de horror escribo la partitura en un cuadro en la cuarta dimensión. Mas tranquilos coetáneos míos esto no es para ahora proteged el cristal de los ojos que no se rompan ante la locura que desatarán Genereaciones Victoriosas el deleite la sublimidad y la hermosura que vosotros negáis porque nada más que interpretáis un cuarto: y de manera errónea.
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