Ya no le quedan palabras a este poeta otrora prolífico como un manantial de montañas antiguas, se han secado los ríos de tinta mas no la inspiración que guía mi mente cuando me enfrento con las cosas y explosionan átomos brillantes como lágrimas de los dioses la locura que quiere tamizar sobre hojas blancas y puras la virginidad de las inocencias que mueren para despertar de nuevo cuando ya ves de cerca la tumba.
AP