Es a bien saber pajotes y folladas extenuadas gracias a la materia nefanda. Derretidos arañazos de colores que marcan las pieles con uñas hincadas en las espaldas y restos del diluvio universal adobo de nuevos niños perdidos por el gustazo de saber quién era la madre. ¿Vale la pena? Mis neurotransmisores se aceleran saltan chispas encendiendo lubricidades orgásmiscas que pueden durar horas. Y las musas piden más son viciosas y promiscuas mientras les echas carburante al cuerpo y si no hay gritan a las sienes a los oídos dame dame y tu agitas escarnio de las voluntades metafísicas conectas las turbinas que unen cielo infierno y tierra y derramas el semen pintado con la necesidad del deseo en sus vientres idealizados o si tienes suerte y donde desembocarte con speed del bueno puedes echarle, más o menos, quince. ¡Invitadme musas va!
AP