Oh Lisa tus besos sabían a fuego que encendía la ceniza inerte de mis labios la llama que prendía las brasas de mi boca que ardía en chispas incandescentes mis manos dorando los perfiles de tu cuerpo esculpido de diosa profanada por mis dedos fangosos oh borracheras y coloques, qué queda? Sólo este poema.
APOLONIO