Ya no reverdecerán los desiertos ni bailaremos bajo los copos de nieve no habrá cantos de aves ni los ángeles nos revestirán con divinos ropajes no más soles de otros planetas no miradas anhelantes y deseosas a nuestro paso ni caricias de viento sino que abrazados a la ceniza de nuestra soledad nos adentraremos en el camino tenebroso, Lisa.
AP