Mi lira raspa infamias descalabradas en el hueco en que la mayoría ponen a un dios y lanza martirios y notas musicales humanas que llegan a todas las galaxias chilla enloquecida un dolor sin partitura más que los huesos quebrarse en la soldaduras de las cuerdas que emiten mis sonrisas y mis desgracias mi corazón como un Judas que busca abogado en el Jucio Final ante los hombres que serán juez todo pasando por el aro. Nacerán hombres benditos de luz y otros preñados de egoísmo material decantados hacia el mal absurdo y banal. ¿Cuántas generaciones quedan entre rumbas y boleros y reguetón berbernero¿ ¿Cuántas casacas la piel de los árboles necesitará para rellenar de vacua literatura y llenar de porquería con ideas superficiales el conocimiento del hombre? Hay lumbre pero titila oscila. Cuando el fuego queme las vastas totalidades del asfalto guillotina a animales envueltos corriendo prendados en llamas abriendo nuevos focos de incendio como un hálito bendito suspirarán las rosáceas de etérea y el rojo sangre en la mirada de las cosasy veremos la majestad elemental abriéndonos un camino de ceniza.
GABRIEL