(Hasta el último cabello de la cabeza tenemos contado). He oído el silencio de las cosas mudas que quietas callan y observan todo cuanto acontece a su alrededor. En los ciclos telúricos de las montañas nada escapa a sus ojos los detalles de cada brizna de hierba de cada soplo de aire. Sigilo los hombres pasan escandalosos cortando el aire de la magnífica atmósfera con estridencias gritonas y con sus corazones de demonios baratos rodeados de sombrías auras haciendo gestos y pensando que nada les ve ni les oye. Y el aire gime descontrolado entrando en los pulmones de los seres y la tierra les conoce y sabe quién es cada quien. Un día piedras y árboles hablarán y no podremos escapar porque ellos saben toda la verdad.
APOLONIO GUILLIAN